El pasado 3 de diciembre tuvimos la oportunidad de participar en el Encuentro «Redes de cooperaçao cultural» que tuvo lugar en la ciudad portuguesa de Oporto dentro del marco de la Mostra Espanha 2013 organizada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte español. Allí, junto a otros agentes del ámbito de la cultura de España y Portugal, pudimos exponer, analizar y evaluar posibles sinergias para la creación de redes de intercambio artístico y cultural entre regiones fronterizas.
Se habló de la idea de límite, de la idea de frontera como punto de encuentro, ese territorio «arrayano» que se enriquece de ambos lados y que une más que desune. El caso de Huelva, con una amplia frontera con Portugal, es un claro ejemplo de esas sinergias e intercambios a lo largo de la «raya» hispano-lusa, marcada en buena parte por el río Guadiana en su tramo final. Como director de una institución cultural de la entidad de nuestra Biblioteca siempre he pensado que estamos obligados a mirar a nuestros vecinos y entablar con nuestros colegas profesionales del otro lado del río un diálogo fecundo de enriquecimiento mutuo.
En mi exposición tomé la idea fuerza de los puentes que unen las dos riberas de un río concebido como la metáfora de un libro con dos páginas enfrentadas (verso y anverso) en las que se ha venido escribiendo nuestra historia común. Una historia de encuentros y desencuentros, una historia plagada de guerras pero también de ricos intercambios culturales, sociales y económicos. El Guadiana es frontera natural, pero al mismo tiempo se concibe como el eje vertebrador de dos pueblos vecinos que se miran en sus aguas.
Presentación en Prezi «Cooperación transfronteriza» (Haz click en la imagen)
Expusimos cuál es el modelo de biblioteca pública que defendemos; cómo se nos percibe y nuestros esfuerzos por erradicar la visión tradicional y esterotipada que todavía persiste en muchos sectores de la población al concebir a la biblioteca como un simple lugar para el estudio o un depósito de libros en formato papel. En contraposición, las bibliotecas portuguesas son más herederas de la tradición de las bibliotecas anglosajonas que se conciben como centro cultural de la vida social de la comunidad (en sus convocatorias de subvenciones para construcción de edificios, es obligatorio la inclusión de un espacio para cafetería dentro de la propia biblioteca). Somos un servicio cultural básico. Está claro que el libro y el fomento de la lectura es una de nuestras principales áreas de negocio, pero en la actualidad las bibliotecas públicas hemos diversificado nuestros intereses y venimos desplegando un sin fin de estrategias para atraer al ciudadano a nuestros centros culturales: actividades que entran a veces dentro del ámbito de lo socio-cultural: talleres de manualidades para niños, talleres de croché para ancianos, sesiones de taichí o yoga,… ¿Todo vale…?; no estoy seguro, pero, queramos o no, ese es nuestro futuro en cierta medida. Un futuro en que el espacio destinado a estanterías dará paso a espacios donde el componente tecnológico tendrá preponderancia y a espacios polivalentes para realización de actividades grupales de carácter presencial. Esa es nuestra baza de cara al futuro, la biblioteca un espacio físico, templo del saber, del conocimiento, del lifelong learning, que debe seguir simbolizando esos valores: ágora pública y espacio de encuentro de la comunidad de su área de influencia en torno a la cultura. En Gran Bretaña a estos nuevos centros del saber muy imbricados con el tejido social se les llama «Idea Center», en nuestro ámbito lingüístico podríamos bautizarlos con el calificativo más poético de la «casa de las palabras».
La biblioteca del futuro se caracterizará por ser un centro de recursos que proporcionará acceso libre y gratuito a la información y a los registros culturales; al libro como soporte de conocimiento sea cual sea su formato. Ya estamos comenzando a ser ese centro de recursos tecnológicos: damos acceso a Internet a través de nuestros ordenadores, préstamos portátiles y todo tipo de dispositivos de intermediación para la lectura: eReaders, tablets o iPads, y tejemos redes de contactos con nuestros usuarios a través de una sólida presencia en Internet haciendo uso de las denominadas redes sociales para promocionar nuestros servicios e interactuar con ellos.
En esa reunión por supuesto que también detallamos las numerosas experiencias de cooperación transfronteriza que en torno al libro y a la lectura hemos venidos desarrollando con bibliotecas y agentes culturales del otro lado del Guadiana: asistencia a congresos y jornadas profesionales, intercambio de clubes de lectura, o viajes culturales y literarios (muchos de nuestros miembros de clubes de lectura se han mostrado como viajeros empedernidos e infatigables cuando se trata de Portugal). Y como ejemplos singulares y de éxito que resumen estos lazos con el país vecino destacamos los dos clubes de lectura y literatura en lengua portuguesa que vienen funcionando desde septiembre de 2009 y el Aula José Saramago http://aulajosesaramago.wordpress.com que por segundo año consecutivo viene funcionando de manera paralela en las bibliotecas de Huelva capital y Vila Real de Santo Antonio. Qué mejor figura literaria que la del Nobel portugués para poner en marcha una experiencia de cooperación entre vecinos, entre regiones limítrofes, ya que él fue un ejemplo de iberismo y de superación de las fronteras históricas entre nuestros dos pueblos.
¿Cómo evaluamos nuestra experiencia?, ¿cuáles son los pros y los contras, las fortalezas y las debilidades de estas redes de intercambio?
En primer lugar decir que los contactos que hemos venido estableciendo han sido de tipo informal, fuera del paraguas de un proyecto europeo o marco institucional, y que se han concretizado en microproyectos o microrredes. Hemos sabido jugar bien nuestras bazas y los contactos realizados, siempre desde la óptica del trabajo práctico, el trabajo de campo real, han sido fructíferos y gratificantes. La vecindad en este sentido es una fortaleza y una oportunidad para profundizar en el desarrollo de posibilidades de cooperación.
El problema de la financiación de las actividades: Ahora con la crisis, desarrollamos proyectos de coste cero o autofinanciados. Anteriormente podíamos costearlos gracias a programas como el de Bibliotecas Interculturales de Andalucía o imputándolos a través del propio presupuesto de la Biblioteca para dinamización de actividades (pago de un autobús para asistencia a Encuentros, compra de fondos en lengua portuguesa o pago de los honorarios de monitores).
Nos falta profundizar en estos contactos bajo el paraguas de un proyecto europeo. Un contratiempo con el que nos enfrentamos es la falta de una persona experta en la solicitud de subvenciones o ayudas públicas con financiación comunitaria. La creación de la Eurorregión Alentejo-Algarve-Andalucía puede constituir una oportunidad a la hora de obtener apoyos a pequeñas iniciativas de cooperación transfronteriza promovidas por bibliotecas vecinas con el fin de mejorar las relaciones entre personas y instituciones, aumentar el conocimiento de la lengua castellana y portuguesa, e intercambiar experiencias y buenas prácticas. En este sentido podemos indicar que muchas de las orientaciones estratégicas y líneas de actuación incluidas dentro del Plan de Acción de la Cooperación Transfronteriza Alentejo – Algarve – Andalucía (PACT-A3) las hemos venido implementando de una forma inconsciente a lo largo de estos años y muchas de ellas venían expresadas como objetivos o lista de deseos formulados ya por nosotros en el 8º Encontro Luso-Espanhol de Bibliotecas Públicas celebrado en Lisboa en mayo de 2008.
Antonio Agustín Gómez Gómez
Director de la Biblioteca Pública del Estado – Biblioteca Provincial de Huelva
Compártelo con tus amigos:
Comentarios recientes