Jaque a la dama
Título: Jaque a la dama
Autor: Jesús Fernández Santos
Entrega: 8 de noviembre, 2005
Devolución: 29 de noviembre, 2005
Comentario de Mercedes Orta Gotor (Club del Martes): La novela consta de tres partes.
En la primera, dedicada a la guerra civil española, _condición que parece permanente para la obtención de un Premio Planeta, _hay profusión de metáforas, algunas imaginativas y bellas, pero en general, forzadas y oscuras, en un alarde del autor por crear un ambiente falto de sencillez narrativa, que obliga a la relectura constante. Oculta adrede la provincia en la que se desarrollan los hechos, dejando que se adivine por breves datos, así como la tendencia política de cada personaje, fatigando innecesariamente con este juego, que no añade belleza ni interés a la obra.
En la segunda, inmersos los personajes en la Segunda Guerra Mundial, ya este estilo decrece mucho, con alivio por parte del lector, que cree empezar a entender algo.
La tercera parece ceñirse más a lo personal de los protagonistas, pero en ningún momento, hay una implicación política ni social, ni una explicación clara de sentimientos. Únicamente hay descripciones de objetos, paisajes o ropa pero no físicas, que ayuden a visualizar a los personajes. Éstos aparecen inacabados, faltos de opiniones; resultan decadentes y toda la obra deja un regusto depresivo, inmoral y falto de realidad.
Incluso en la redacción se advierten faltas gramaticales, que se podrían atribuir a la editorial.
Personalmente, había leído la obra, hacía no demasiados años, y no me había quedado ningún recuerdo de ella. No existen frases lapidarias, los diálogos son muy simples y el análisis de la psicología de los personajes brilla por su ausencia.
Trata de la vida de una mujer, de cierta clase social y económica pero no demasiado culta, con inclinaciones lesbianas, _que se traslucen muy sutilmente, pues no se reconocen abiertamente hasta el final, _la cual se deja llevar por las situaciones, sin una gran personalidad ni una especial inteligencia, lo que la convierte en un ser vulgar, desprovisto de pasiones y opiniones, y, por tanto, en persona muy poco atractiva.
Mercedes Orta Gotor
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